Heysel. La Noche que cambió el futbol para siempre
Terminado este artículo que pretendía recordar la Tragedia del Estadio Heysel con motivo del 40 aniversario de los hechos mas graves del futbol europeo y que supusieron un cambio radical en la concepción del futbol actual en materia de seguridad, organización, planificación e infraestructuras, salta a las noticias los graves incidentes ocurridos durante el partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana, en la CONMEBOL.
Durante la celebración del primer tiempo, unos 3.000 hinchas chilenos, que inexplicablemente se habían situado sobre la tribuna de aficionados locales comenzaron a tirar piedras, butacas y palos a los aficionados situados bajo ellos, incendiaron los asientos e incluso lanzaron un petardo de estruendo.
Ni la policía ni la seguridad privada del estadio intervinieron. El caldo de cultivo perfecto para que en la segunda parte, una facción radical de la Barra Brava de Independente entrara la tribuna visitante en la que ya estalló una batalla campal, con agresiones, desnudando a aficionados visitantes. Hay una imagen desgarradora en la que se muestra como lanzan al vacío desde unos 15 metros a un aficionado.
Es esta breve descripción de lo que pudo ser otra tragedia que por “suerte” se quedó en 3 heridos muy graves, decenas de heridos de diversas consideración y 97 detenidos, se resume todo lo que se puede hacer mal o no hacer en cuanto a la seguridad (nula planificación del partido, mal análisis de riesgos, nula separación de aficiones, dispositivos policiales escasos o insuficientes, infraestructura no adecuada).
En Europa, la Tragedia de Heysel sirvió como cambio de rumbo radical y eliminó gran parte de estas lacras, pero en Sudamérica y en África, principalmente (CONMEBOL Y CAF) situaciones como la descrita y otras muchas que salpican con frecuencia las noticias indica que aún hay mucho por hacer.
En al año 2018 sin ir más lejos y después de incidentes en Argentina, la Final de la Copa Libertadores entre los equipos de River Plate y Boca Juniors, se tuvo que trasladar fuera de Sudamérica, decisión sin precedentes en la historial de futbol. Finalmente, el partido se jugó en Madrid, elegida por su experiencia en grandes eventos deportivos, la buena conexión aérea con Argentina y la garantía del gobierno español de que se implementaría un dispositivo de seguridad sin precedentes para un partido de clubes.
El operativo en Madrid fue masivo, con más de 4.000 efectivos de seguridad, incluyendo policías nacionales, policía local y seguridad privada del Real Madrid. Se implementaron medidas de seguridad estrictas para evitar incidentes entre las aficiones, incluyendo:
- Separación total de las aficiones: Se crearon zonas de encuentro separadas (“fan zones”) y rutas de acceso diferenciadas al estadio para los seguidores de River y Boca.
- Controles perimetrales exhaustivos: Se establecieron tres cordones de seguridad alrededor del estadio Santiago Bernabéu, con controles rigurosos de entradas y la necesidad de usar una pulsera identificativa, de un color para cada afición.
- Coordinación internacional: La policía española contó con la colaboración de agentes argentinos, quienes ayudaron a identificar y vigilar a los grupos más radicales (“barras bravas”).
- Vigilancia constante: Hubo presencia de agentes en el aeropuerto, en los hoteles de los equipos y en los puntos turísticos más concurridos de la ciudad.
El partido se celebró el 9 de diciembre de 2018 y concluyó con la victoria de River Plate por 3-1 en la prórroga. El dispositivo de seguridad en Madrid fue un éxito, logrando que el evento transcurriera sin incidentes graves.
Se demostró que la capacidad de organización, planificación y seguridad del futbol europeo estaba muy por delante.
Y esta virtud del futbol europeo nace de la experiencia, de la mala experiencia que supuso la Tragedia de Heysel.
La Tragedia de Heysel: La Noche que Cambió el Fútbol para Siempre
Introducción: El Contexto de la Fúnebre Final de 1985
El 29 de mayo de 1985, el Estadio de Heysel en Bruselas, Bélgica, fue el escenario de una de las jornadas más oscuras en la historia del deporte. Aquella noche, la final de la Copa de Europa entre el Liverpool FC y la Juventus FC se transformó en una catástrofe sin precedentes que se cobró la vida de 39 personas y dejó a más de 600 heridos. La Tragedia de Heysel no fue un simple accidente, sino el resultado de una convergencia de factores: el hooliganismo desenfrenado, la negligencia organizativa, la falta de seguridad en el estadio y la ineficacia de las autoridades. Este evento marcó un antes y un después en el fútbol europeo, obligando a una profunda reflexión sobre la relación entre el fútbol, la violencia y la responsabilidad. Una pesadilla real que cambió el futbol para siempre.
Antecedentes y Expectativas de la Final
La final de la Copa de Europa de 1985 era uno de los partidos más esperados del año. Enfrentaba a dos de los equipos más poderosos del continente: el Liverpool, vigente campeón y dominador del fútbol europeo en la década de los 80, y la Juventus, un equipo lleno de estrellas como Michel Platini y Gaetano Scirea, que buscaba su primera Copa de Europa. La expectación era máxima, y el partido también se interpretó como un duelo entre el fútbol inglés, que había ganado siete de las últimas ocho Copas de Europa, y el fútbol italiano, en pleno ascenso tras el Mundial de 1982.
Sin embargo, la rivalidad entre ingleses e italianos iba más allá de lo futbolístico. Un año antes, en la final de la Copa de Europa en Roma, hinchas del Liverpool fueron atacados por aficionados de la AS Roma. Los días previos a la final de Heysel, la prensa sensacionalista inglesa avivó el ánimo revanchista de los hooligans ingleses, conocidos por su alcoholismo, abuso de sustancias y comportamiento extremadamente violento. El fenómeno del hooliganismo estaba en su apogeo en 1985, con grupos de vándalos que utilizaban los partidos de fútbol para promover ideas violentas y realizar actos vandálicos, tanto dentro como fuera de los estadios. La final de Heysel fue vista por muchos aficionados no solo como un partido de fútbol, sino como un enfrentamiento entre “hooligans” (ingleses) y “ultras” (italianos).
La elección del Estadio de Heysel como sede de la final fue controvertida desde el principio. Inaugurado en 1930, era una instalación anticuada que no cumplía con los estándares de seguridad necesarios para un evento de esta magnitud. Reportes previos de la UEFA y de los clubes señalaban serios problemas estructurales: paredes de cemento desmoronándose, gradas inseguras y vallas de seguridad débiles y frágiles. A pesar de las advertencias, y con la excusa de ser el único estadio con la capacidad necesaria, la UEFA decidió seguir adelante.
El Día de la Tragedia: 29 de Mayo de 1985. Un fatal coctel de Hooliganismo y mala gestión.
El desastre no fue resultado de un solo factor, sino de una combinación mortal de circunstancias:
- Falta de Seguridad y Separación de Aficiones: El estadio tenía zonas de aficionados claramente delimitadas, pero una de las secciones, la “Zona Z”, estaba destinada a aficionados belgas neutrales. Sin embargo, se rumoreó que muchos de estos boletos fueron adquiridos por aficionados de la Juventus, lo que colocó a una gran cantidad de seguidores italianos justo al lado de la sección de los aficionados del Liverpool. La única barrera entre ellos era una débil valla metálica.
- El Hooliganismo del Liverpool: La violencia de los “hooligans” ingleses era un problema endémico en la época. Antes del partido, se produjeron varios altercados en las calles de Bruselas. Dentro del estadio, el comportamiento de los aficionados del Liverpool fue el detonante del desastre.
- El Momento del Desastre: Aproximadamente una hora antes del inicio del partido, una avalancha de aficionados del Liverpool se abalanzó contra la débil valla que los separaba de la sección “Z”. La valla no pudo resistir la presión y colapsó. Los aficionados del Liverpool irrumpieron en la sección de los italianos, desatando el pánico.
El estadio de Heysel, con capacidad para 58.000 espectadores, estaba abarrotado con más de 25.000 aficionados de cada equipo. La UEFA había intentado separar a las aficiones en diferentes zonas, pero muchas entradas destinadas al público local fueron adquiridas por hinchas de ambos equipos, lo que provocó que coincidieran en una misma área. La tragedia se desencadenó alrededor de las siete de la tarde, una hora antes del inicio del encuentro, en la zona Z, una sección de pie situada en uno de los fondos del estadio, adyacente a la zona X, donde se encontraban muchos aficionados del Liverpool.
Los hooligans más radicales del Liverpool en la zona X, muchos de ellos en estado de embriaguez, comenzaron a lanzar objetos y se abalanzaron sobre los aficionados de la Juventus en la zona Z. Se produjo una avalancha, y los seguidores de la Juventus, en su intento de huir, se acumularon en el fondo de la zona, aprisionados contra un muro y contra las vallas fijas que separaban las gradas del terreno de juego y que no tenían salidas de emergencia. Cientos de aficionados quedaron atrapados bajo la presión de miles de personas, sufriendo asfixia, aplastamiento y crisis de ansiedad.
La situación se prolongó durante muchos minutos. Las fuerzas de seguridad tardaron en intervenir con la suficiente celeridad para restablecer el caos. Al cerrar los accesos a la zona Z para evitar más entradas, también impidieron la salida de los atrapados, convirtiendo la zona en una trampa mortal. Aunque algunos aficionados fueron evacuados al terreno de juego por otros hinchas y por la seguridad, el número de agentes sanitarios fue insuficiente. Finalmente, las ambulancias pudieron entrar al campo, pero no se pudo evitar la muerte de 39 aficionados, la mayoría por asfixia y aplastamiento. Los cadáveres fueron depositados en una zona anexa al terreno de juego, visibles desde otras partes del estadio, lo que causó un impacto mundial al ser retransmitido en directo.
La decisión más controvertida: el partido se juega
A pesar de la magnitud de la catástrofe, mientras los cadáveres eran retirados, la UEFA, autoridades belgas y la policía decidieron que el partido se jugara, alegando el riesgo de que la suspensión conllevara peores consecuencias en el propio estadio, y en las calles de Bruselas. Esta decisión fue duramente criticada por la opinión pública. El capitán juventino, Michel Platini, declaró al finalizar el encuentro: “No hay nada que celebrar, es un día catastrófico para el fútbol”. Paolo Rossi, delantero de la Juventus, afirmó 30 años después: “No conocíamos la magnitud de la tragedia que acababa de ocurrir y por eso jugamos, porque nos obligaron a ello”.
Las Víctimas y Consecuencias Inmediatas
La tragedia de Heysel se cobró 39 vidas, incluyendo 32 italianos (en su mayoría seguidores de la Juventus), cuatro belgas, dos franceses y un británico. Además, 600 personas resultaron heridas de diversa consideración.
A raíz de la tragedia, la UEFA impuso una sanción sin precedentes al fútbol inglés. Se vetó a todos los clubes ingleses de las competiciones europeas por un período de cinco años, y con seis años para el Liverpool. Esta prohibición fue un golpe devastador para el fútbol inglés. El estadio de Heysel fue clausurado para partidos de fútbol y posteriormente fue demolido y reconstruido, siendo rebautizado como Estadio Rey Balduino. Bélgica no volvió a acoger ningún gran evento deportivo internacional durante los siguientes 10 años.
En 1989, tras cinco meses de juicio, 14 aficionados del Liverpool fueron condenados a tres años de prisión por la justicia belga por homicidio involuntario. Sin embargo, la sentencia fue suspendida tras el recurso de la defensa cuando llevaban cumplida la mitad de la condena. Ni la UEFA, como organizadora, ni los propietarios del estadio, ni las autoridades belgas responsables de la seguridad fueron inculpados por la tragedia, aunque la UEFA fue condenada y obligada a pagar parte de los siete millones de euros de indemnización a las familias de las víctimas.
Legado y Cambios en el Fútbol
La Tragedia de Heysel supuso un punto de inflexión en la historia del fútbol. El fútbol inglés, avergonzado y aislado, se vio obligado a enfrentar el problema del hooliganismo. Los clubes implementaron medidas de seguridad más estrictas y se introdujeron nuevas legislaciones. El “Informe Taylor”, impulsado tras el Desastre de Hillsborough en 1989 (donde murieron 96 aficionados del Liverpool por un exceso de aforo incontrolado), eliminó las gradas de pie y obligó a que todos los estadios de las ligas principales en el Reino Unido tuvieran asientos individuales, un modelo que se extendió por toda Europa.
Heysel fue un catalizador para un cambio fundamental en el fútbol europeo. Obligó a la industria a enfrentar el peligro del hooliganismo y la irresponsabilidad organizativa. El fútbol actual, con estadios modernos, estrictos protocolos de seguridad y un enfoque en la experiencia de los aficionados, es en gran medida un legado de las lecciones aprendidas en 1985. Hoy en día, un monumento en la entrada del Estadio Rey Balduino rinde homenaje a las 39 víctimas, recordando que un partido de fútbol nunca vale el precio de una vida humana. La memoria de los fallecidos perdura como un doloroso pero necesario recordatorio de la noche en que el fútbol tuvo que morir para poder renacer.
La tragedia de Heysel también se inserta en un contexto más amplio de desastres en estadios, como la tragedia de Valley Parade (56 muertos, 18 días antes de Heysel), la de Hillsborough en 1989 (96 muertos), el Estadio Mateo Flores en Guatemala en 1996 (83 muertos), o la tragedia de Puerto Saíd en Egipto en 2012 (75 muertos). Estos eventos subrayan la necesidad continua de priorizar la seguridad en los eventos deportivos.
Consecuencias para el fútbol en general
La tragedia de Heysel no fue la mayor catástrofe que había sucedido en un estadio de fútbol, pero sí la de mayor impacto mediático por producirse en una final de la Copa de Europa, el partido más importante y con mayor audiencia del fútbol europeo. Por ello, los sucesos de Heysel tuvieron una negativa influencia sobre el balompié en general.
Se generalizó una imagen del fútbol como deporte violento y peligroso, y se registró un descenso en el número de asistentes a los estadios de fútbol en la mayoría de estadios europeos. Como contraposición, creció espectacularmente el número de espectadores y practicantes de otros deportes de equipo como el baloncesto.
La FIFA tuvo que redoblar sus esfuerzos para mejorar la imagen del fútbol, y puso en marcha una campaña mundial denominada “Fair Play”, en favor del juego limpio.
Además, la FIFA tomó medidas para mejorar la seguridad de los estadios de futbol:
- Se prohibió la venta de entradas en zonas sin asiento de los estadios de fútbol en todos los partidos oficiales internacionales jugados en territorio UEFA.
- Se eliminaron las vallas «protectoras», o se sustituyeron por vallas abatibles o provistas de salidas en casos de emergencia.
- Se establecieron criterios para evaluar el nivel de seguridad y confort de los estadios, y la FIFA procedió a hacer inspecciones. Se decidió que, en adelante, solo acogieran grandes finales europeas los estadios catalogados como “Categoría 4”.
- Se establecieron criterios para evaluar el riesgo de los partidos de fútbol, y se incluyeron medidas de prevención (como un mayor número de agentes de seguridad y de sanidad) en función de si los partidos eran de alto riesgo.
- Se establecieron medidas para que las aficiones de los dos equipos estuvieran separadas por cordones de seguridad, de manera que no pudiesen coincidir ni antes ni durante ni después de los partidos.
- Se prohibió la entrada a los estadios de banderas provistas de mástiles, y de todo tipo de elementos rígidos, o susceptibles de ser utilizados como armas arrojadizas.
- Se incrementaron las medidas de seguridad en el acceso a los estadios, incluyendo cacheos.
- Se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en el interior de los estadios.
- Se prohibió el acceso de botellas de vidrio al interior de los estadios.
- Se prohibió la exhibición en los estadios de banderas y símbolos nazis, así como de pancartas que pudieran incitar a la violencia.
- Se instalaron cámaras de videovigilancia en el interior de los estadios.
- Se conminó a los clubs a que dejasen de colaborar, e incluso de financiar, a los grupos ultras más violentos, como en muchos casos había venido sucediendo.
Derivados Culturales y Audiovisuales
La Tragedia de Heysel ha sido objeto de diversas obras musicales, editoriales y audiovisuales:
- Documental “La tragédie du Heysel” (2022): Miniserie belga de seis episodios que explora los hechos antes, durante y después del desastre, con imágenes de archivo y testimonios. También aborda los juicios de Bruselas en busca de justicia y hace una retrospectiva 37 años después.
- Novela “En la Turba” (2006): Novela testimonial del escritor francés Laurent Mauvignier sobre una pareja envuelta por casualidad en la tragedia.
- Película “Appuntamento a Liverpool” (1988): Largometraje italiano de ficción dirigido por Marco Tullio Giordana.
- Canciones: “Memorial” (1985) del músico británico Michael Nyman y “38” (2014).
- Libro “Fever Pitch” (1992): Obra de Nick Hornby que incluye referencias a la tragedia.
Conclusión: Las Lecciones de una Noche Oscura
La Tragedia de Heysel fue un evento catastrófico que, en su horror, actuó como un catalizador para un cambio fundamental en el fútbol europeo. Obligó a la industria a enfrentar sus demonios, a reconocer el peligro del hooliganismo y la irresponsabilidad de la UEFA. Es un recordatorio de que las tragedias a menudo son el resultado de un fracaso colectivo, donde las advertencias y los problemas de seguridad fueron ignorados hasta que fue demasiado tarde. Un Grito de auxilio que nadie escuchó.
La lección más importante es que la seguridad debe ser siempre la máxima prioridad. El trauma de aquella noche de 1985 perdura, pero su sacrificio sirvió para forjar un fútbol más seguro.
Como escribió Manuel Ruiz Rico: “en Heysel, el fútbol puso fin a su edad de la inocencia”