Sobre el perfil profesional de esta figura, Galván ha explicado que no tiene por qué ser un profesional de los cuerpos y fuerzas del Estado, ni un sanitario, “sino cumplir con los requisitos que estipula la Ley de Seguridad Privada: tener una titulación y estar habilitado y acreditado por la Policía Nacional pero es una persona independiente”.
En un marco laboral en el que se relacionará tanto con la gerencia como con los propios trabajadores, Galván recalca la importancia de su labor y no lo minimiza a la seguridad de los sanitarios frente a las agresiones. “Representa mucho en otros sectores -introduce-, como en el tejido productivo”. “Una de sus facetas básicas serían las agresiones pero hay muchas más en cuanto a la cuestión de dar seguridad a toda la instalación o a toda la provincia sanitaria”, añade.