La mayoría de nosotros sabe que bajo la denominación de Armas de Destrucción Masiva (ADM) se engloban toda serie de armas Nucleares, Biológicas, Químicas y Radiológicas, inventadas por el hombre o aprovechadas de su existencia en la naturaleza, que son empleadas para inferir, en un relativo corto espacio de tiempo, grandes daños en las personas, las infraestructuras o en el medio ambiente (animales y vegetación) lo que las hace tremendamente efectivas por conseguirlo, según los casos, de forma casi instantánea, no precisar de otros medios cercanos para aplicarlas ya que la mayoría de ellas no precisan de un contacto físico (hombre a hombre) y, fundamentalmente, por el pánico que provoca su existencia y la posibilidad o amenaza de su uso.