El uso desproporcionado del agua que se almacena bajo nuestros pies, lo que se conoce como acuíferos, siempre habíamos pensado que ocasionaba «sólo» el agotamiento del recurso, el riesgo de salinización y también el incremento de sustancias nocivas que pueden estar en el subsuelo de manera natural o por la acción del ser humano y que incrementan su concentración cuando el agua baja en cantidad.