La importancia de la visibilidad.

yasminaLa creación de un Departamento de Seguridad, y como consecuencia de ello la figura de un Director de Seguridad al frente, se encuentra recogida en la Ley de Seguridad Privada (5/2014 de 4 de Abril). Es ahí donde se pone de manifiesto su importancia, aunque hay quien lo trata de complemento innecesario para los servicios que se prestan a la sociedad.

Dejando de lado por unos instantes lo que la ley dice sobre la creación de los Departamentos de Seguridad (en unos lugares de forma preceptiva y en otros de manera obligada), nos centraremos en otros casos. Situaciones en las que siendo voluntaria su creación, va a resultar inexorable su implantación ya sea por el tipo de servicio e infraestructura que nos encontremos, como por el volumen y significación de los mismos.

Aunque suele ocurrir que la legislación va pasos por detrás de situaciones e incidencias ya acaecidas se está trabajando en el desarrollo de una buena cultura preventiva. La sensibilización en esta materia por parte de las instituciones, tanto públicas como privadas, es necesaria para evitar amenazas y, en el peor de los casos, mitigar de forma eficaz los daños que se puedan ocasionar.

Hasta el momento se ha avanzado mucho pero aún queda camino por recorrer con respecto al tema que nos ocupa.

Es cierto que tenemos actividades obligadas a tener un Departamento de Seguridad con un Director de Seguridad habilitado al efecto, incluso contamos con un catálogo de Infraestructuras que así lo exigen en forma de Responsable de Seguridad y Enlace (como es el caso de las Infraestructuras Críticas). Sin embargo, existen otras actividades en las que no siendo obligatorio sería más que conveniente una organización de la seguridad, a través de un Departamento y su correspondiente Director.

Como ya se ha dicho, queda camino por recorrer. No se puede corregir lo que no se ha hecho. Abordar los riesgos, analizarlos, evaluarlos y tomar medidas para eliminarlos es algo que cualquier entidad hace en su política económica y financiera. Nadie cuestiona esto. Sin embargo, parece que sí hay cuestionamiento de la utilidad de hacer exactamente lo mismo en el ámbito securitario: es caro, suelen decir. Habría que de una vez por todas establecer que la Seguridad forma parte de las inversiones, que la Seguridad tiene una función ineludible en los Planes de Contingencia y de Continuidad.

Cuando un suceso trae consigo consecuencias como lesiones, muertes o daños importantes, el coste, incluido el de la imagen corporativa, que supondrá reparar el daño causado a las víctimas será mucho mayor que el que hubiera supuesto la implantación de un Departamento de Seguridad en una empresa. Los principios de “a mí no me va a pasar” y “eso que me ahorro” son malos consejeros.

Dar visibilidad e importancia a la labor preventiva en Seguridad, a la formación constante que debe tener todo el personal de una empresa y a la identificación a priori de las posibles vulnerabilidades a las que se pueda estar expuesto, ya sean riesgos naturales, tecnológicos (con especial atención a los NRBQ) o antrópicos. Eso es lo que debemos de potenciar dentro de nuestro mundo y sector.

Diariamente los noticiarios nos ofrecen imágenes sobre carencias en estas cuestiones. El impacto del terrorismo es tozudamente constante y afecta gravemente a nuestro normal desenvolvimiento en la sociedad así como a la sociedad misma. Y no menos importante son las Infraestructuras Críticas y Estratégicas, que ofrecen servicios esenciales para la comunidad. Tampoco debemos olvidar los de las actividades deportivas o de espectáculos públicos.

Y también podríamos mencionar la gestión de la ciberseguridad, tan importante para nuestro equilibrio como sociedad, ya que junto a la seguridad energética forman un tándem que lo atraviesa todo.

Podríamos aludir a otros tipos de lugares y actividades, como el patrimonio histórico, por la proyección cultural y el valor simbólico que posee.

En la serie de lentas transformaciones que se están produciendo no es irrelevante el cambio de paradigma desde una seguridad meramente reactiva a una seguridad proactiva, basada en la prevención.

Y como medida preventiva fundamental, de muy profundo alcance, señalaría a la existencia del Departamento de Seguridad, es decir, hacer de la Seguridad un bien presente, contante y sonante, que se manifieste no sólo en la prevención de daños y defensa de nuestras instituciones sino, además, como un valor añadido de nuestra propia actividad. Y aquí, es el Director de Seguridad, como enlace bidireccional con canales de información preferente el que hará que la gestión de nuestros intereses se fortalezca.

No debemos esperar a que las situaciones críticas sucedan. La Seguridad ha de estar presente pues su ausencia solo se nota cuando pasa algo y esto es un error con posibles efectos catastróficos. La visibilidad no consiste en ser más, sino en poner de manifiesto su necesidad.

 

Yasmina Castro

Directora de Seguridad

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