La cada vez mayor relación entre terrorismo y crimen organizado produce grupos con grandes recursos y una capacidad de proyectar sin precedentes.
El terrorismo está demostrando ser una amenaza duradera para la seguridad mundial, entre otras cosas porque los grupos terroristas actuales son cada vez más letales, están más relacionados y dominan más la tecnología. Hoy, grupos como el Daesh y Al Qaeda controlan franjas de territorio y ciudades enteras. Es un poder que procede, sobre todo, de su capacidad de obtener ingresos de numerosas actividades delictivas casi con total impunidad.