Los componentes del análisis de riesgos son: peligrosidad (que nos habla de la probabilidad de que ocurra un evento y de su capacidad de generar daño), exposición (personas y bienes que pueden ser afectados por el evento) y vulnerabilidad (o grado de susceptibilidad de la sociedad y los bienes a sufrir el daño).
Para que el peligro se materialice deben estar presentes los tres factores: peligrosidad, exposición y vulnerabilidad.
¿Cómo es posible que ante el cierre de la ciudad china de Wuhan, de once millones de habitantes, el 23 de enero, por un riesgo biológico, en nuestro país no se realizara un análisis de la vulnerabilidad ante ese riesgo?
Aún con mayor motivo después de que en los últimos años hemos visto, a nivel global, episodios relacionados con este tipo de riesgos: enfermedad por el virus del Ebola (EVE), virus de Lassa, Zika, virus de Marburgo, Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), por no hablar del viejo VIH.
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