Un estudio muestra que la acumulación de agua en las represas, la extracción de petróleo y gas y la producción de energía geotérmica son algunas de las actividades modernas que provocan seísmos
Sabíamos que podíamos provocar terremotos antes de que supiéramos lo que eran. Desde el momento en que la gente empezó a extraer minerales de la tierra, el desprendimiento de rocas y el hundimiento de túneles debieron de convertirse en peligros conocidos.